Muchas personas lo tienen muy claro, ¡bravo por ellas! Pero muchas otras no, bien porque se han mudado de casa recientemente o bien porque no les ha gustado la ubicación elegida en años anteriores. El caso es que decidir dónde colocar el árbol de Navidad tiene su aquel. Y como sucede casi siempre, no hay ninguna ley universal. Cada caso y casa son diferentes, por lo que dependiendo de las particulares características de la vivienda (y de sus habitantes), convendrá uno u otro sitio.
Repasemos las principales opciones:
En el recibidor
Si dispones de suficiente espacio es un buen lugar para colocar el árbol, ponérselo fácil a los Reyes Magos y Papá Noel (que así evitarán hacer ruidos por toda la casa y despertar a los peques en las noches que trabajen) y, de paso, convertirse en la mejor carta de presentación para tus invitados nada más entren en el hogar. Pero recalcamos lo del espacio, ya que necesitarás que el recibidor disponga de al menos 8 m2 para que quepan el árbol y los muebles de entrada y, al mismo tiempo, poder pasar fácilmente cada día sin tener que tropezar con nada.
En el salón
Un clásico que (casi) nunca falla. Salvo en raras excepciones, el salón suele ser la zona más espaciosa de la casa y donde pasamos la mayor parte de nuestro tiempo en la vivienda (sin contar el que usamos para dormir), por lo que probablemente sea el mejor sitio para contemplarlo (tanto nosotros como las visitas), así como para que los niños abran sus regalos, con el ‘jaleo’ que ello supone.
En el comedor
En el caso de que el salón y el comedor estén separados, este último también es una opción a considerar, ya que de esta forma se podrá contemplar durante las comidas y cenas navideñas, y será un excelente fondo para las fotos que nos hagamos durante estas celebraciones. De paso, evitaremos que las luces puedan convertirse en un incómodo reflejo a la hora de ver la televisión.
En la habitación de los niños
Si lo pensamos bien, los peques de la casa son los auténticos protagonistas de estas fiestas, por lo que, si disponen de una habitación suficientemente grande, estarán encantados de acoger el árbol. De esta forma podrán disfrutarlo durante horas y horas, decorarlo y trastearlo en general. Eso sí, esto complicará bastante a los Reyes Magos y Papá Noel la misión de dejar sus regalos sin despertarles.
En alto, sobre un mueble auxiliar
Si vives en un piso pequeño y no puedes permitirte el lujo de ‘renunciar’ a más espacio útil, es preferible optar por un arbolito de Navidad pequeño, que puedes colocar en alto sobre cualquier mueble auxiliar: una cómoda, un aparador o una mesa auxiliar son las opciones más frecuentes. Si optas por esta opción, intenta colocar algún artículo textil o similar para camuflar las antiestéticas patas del árbol.