En ocasiones y cada vez con mayor frecuencia en los pisos y apartamentos de hoy en día, algunas estancias de la casa presentan un diseño estrecho que nos obliga a hacer todo tipo de cábalas para colocar todos los elementos que necesitamos en cada una de ellas. En estos casos, una buena solución es optar por muebles estrechos que nos ayuden a ganar espacio en cada habitación sin renunciar a su funcionalidad.
En este sentido, son muy útiles y cada vez más solicitados los muebles de almacenaje con poca profundidad, que nos permiten guardar enseres de menaje, ropa, toallas u cualquier otro tipo de objetos sin necesidad de ocupar para ello media estancia. Las vitrinas estrechas, por ejemplo, son perfectas para colocar la vajilla sin dificultar nuestra circulación en el salón-comedor, un aspecto muy importante, al tratarse de una zona de paso muy frecuente. Lo mismo podemos decir de los aparadores estrechos, frecuentemente empleados tanto para guardar la vajilla como otros enseres en el salón, así como de las estanterías, las mesas de centro, las mesas auxiliares o los muebles para TV que, si bien no son muebles de almacenaje al uso, sí son muebles imprescindibles en cualquier salón. En todos estos casos, una pieza con poco fondo siempre será de gran ayuda para ganar metros en la principal estancia de la casa.
En la entrada, los recibidores estrechos o los zapateros con poca profundidad son fundamentales a la hora de ahorrar espacio en una zona que generalmente cuenta con pocos metros cuadrados, y que indudablemente es la de mayor frecuencia de paso en el hogar. Por su parte, en el dormitorio entran en juego las cómodas estrechas, ideales para guardar ropa sin dificultar la circulación alrededor de la cama, al igual que las mesitas de noche estrechas o los escritorios con poco fondo. En todos los casos, se trata de muebles que no por disponer de poca anchura, son menos funcionales, todo lo contrario. Piénsalo, los muebles estrechos te ofrecen muchas ventajas y, a cambio, solo te piden unos pocos centímetros.