El papel pintado es un recurso decorativo que, si bien hasta hace pocos años estaba totalmente olvidado, ha vuelto con fuerza al mundo del interiorismo y la decoración como alternativa o complemento a la pintura tradicional.
El papel pintado es una opción muy práctica y económica si la comparas con el coste y el engorro a nivel de ‘obra’ que puede suponer pintar una única pared o una estancia completa con pintura normal. Además, te ofrece una amplia gama de diseños y texturas para conferir colorido y personalidad a la decoración del salón, el recibidor, la cocina, el dormitorio: formas abstractase infantiles, efectos metalizados, acabados lisos, llamativos estampados multicolor, dibujos temáticos, fotomurales… Las opciones son infinitas, y no solo para decorar una pared. Con el papel pintado también puedes decorar el interior o exterior de un armario, adornar una estantería, resaltar un tabique e incluso decorar el cabezal de la cama. De esta forma, podrás crear distintos ambientes dentro de una misma estancia, mezclando el estilo moderno con el vintage, el rústico, el popero, etc.
Otra ventaja del papel pintado es que su instalación es muy sencilla. Cualquier persona puede llevarla a cabo con un poco de dedicación y esmero. Para colocarlo bastará con una sola pasada, en la que, eso sí, tendrás que llevar especial cuidado para no dejar bolsas de aire debajo del papel. En cualquier caso, si por lo que sea no te atreves o tienes tiempo para ello, siempre puedes acudir a los servicios de un profesional. Pregunta por ejemplo en la misma tienda donde compres el papel si ofrecen el servicio de instalación.
El papel pintado es también muy útil para tapar grietas, agujeros, imperfecciones y manchas en la pared difíciles o, en algunos casos, directamente imposibles de disimular con la pintura. Además, es muy resistente, más incluso que la pintura estándar, que tiende a despegarse o descorcharse con los golpes o rozaduras. El papel, en cambio, aguantará hasta que decidas quitarlo o cambiarlo por otro.
Por si todo lo anterior fuera poco, el papel pintado es también muy fácil de limpiar. Para mantener en buen estado la mayoría de modelos de papel bastará una esponja ligeramente humedecida con agua tibia y un poco de jabón.
En definitiva, tienes muchas razones para darle una oportunidad al papel pintado.