El taburete es un asiento sencillo y humilde, y a la vez uno de los muebles auxiliares más prácticos que podemos encontrar en una vivienda. Los taburetes no cuentan ni con respaldo ni con reposabrazos, por lo que no destacan precisamente por una gran comodidad, pero sí nos ofrecen mucha polivalencia, estilo y una alta funcionalidad en el día a día, lo que los ha convertido en un recurso muy empleado en interiorismo.
El taburete, normalmente bastante alto, puede ser rectangular o redondo, suele estar fabricado en madera, y cuenta por lo general con unas chambranas para asegurar la posición de los pies. No obstante, también hay modelos con un asiento tapizado (más blandos y confortables) e incluso taburetes con asiento de anea, que reciben el nombre de «posón».
Los taburetes o banquetas tienen su origen en los talleres industriales, donde se introdujeron con el objetivo de que los operarios pudieran descansar, pero sin llegar a adoptar una postura excesivamente cómoda que pudiera inducirles al sueño. También son muy típicos de los bares, donde los comensales los emplean para apoyarse sobre la barra mientras disfrutan de una tapa o una «caña».
Sin embargo, el encanto y la originalidad de estos asientos han hecho que progresivamente hayan ido introduciéndose en los hogares, aportando a éstos un sofisticado toque de buen gusto y distinción. Dentro de la casa son muy aconsejables, por ejemplo, para usar junto al office de la cocina, cuyo soporte está en muchas ocasiones situado a más de metro y medio de altura. En estos casos, el uso de los taburetes nos permite disfrutar de comidas o cenas rápidas, evitándonos así tener que hacer largos recorridos de idas y venidas hasta el comedor, lo que resulta algo tedioso cuando no disponemos de mucho tiempo. Los taburetes en el office también permiten a los niños realizar sus deberes en compañía de sus padres mientras alguno de ellos trabaja en la cocina, lo que de paso ayuda a tener controlados a los más pequeños de la casa.
Por otra parte, los taburetes también pueden colocarse junto a una clásica barra americana que separe la cocina del comedor, siendo más frecuente ubicarlas en esta última estancia. Con ello, ganamos un lugar extra para tomar un tentempié o una copa junto a los invitados, además ofrecer al hogar un aire más usable y cercano. Son la mejor opción para acomodarse frente a las tan de moda islas de cocina, ya que no ocupan mucho espacio y pueden desplazarse con facilidad.
El taburete es además un elemento indispensable para completar un mueble-bar, recurso muy típico del salón. Con este asiento, prestaremos cierta coherencia y continuidad visual al citado mueble, y al mismo tiempo podremos disfrutar cómodamente de los cócteles que en él preparemos. Otra posibilidad, en caso de que el mueble-bar no disponga de barra, es utilizar los taburetes junto a una mesa alta, como la de los pubs. De hecho, existen determinados juegos mobiliarios que incluyen tanto la mesa como los taburetes. La ventaja de estos conjuntos decorativos es que generalmente están diseñados para poder guardar los taburetes bajo la mesa cuando no los estemos usando, lo que nos ayuda a ganar espacio y comodidad.
Los taburetes han llegado al hogar para quedarse. Busca para ellos su sitio ideal y exprime al máximo todas sus posibilidades.