Con la llegada del frío, una de nuestras grandes preocupaciones es cómo mantener nuestro hogar a una temperatura cálida sin excedernos en el consumo energético. Para ello, es necesario averiguar cuál es el sistema de calefacción que más se ajusta a las características de nuestra casa.
La conveniencia de un sistema de calefacción u otro dependerá de varios factores: el emplazamiento y la orientación de la vivienda, sus dimensiones, la necesidad de calentarla total o parcialmente y nuestra disposición o no a realizar obras en la casa. Para no precipitarnos y tomar la mejor decisión deberemos analizar minuciosamente todos estos aspectos.
Hagamos un repaso a las características de los principales sistemas de calefacción:
Bomba de calor: Extrae el calor del aire exterior, produciendo hasta cuatro veces más energía que la electricidad consumida. Consta de una unidad exterior y una o más interiores, dependiendo del número de habitaciones que queramos calentar.
Ventajas: Consume mucho menos que los radiadores eléctricos y sirve para todo el año, ya que también ofrece refrigeración en verano.
Desventajas: Calienta de forma bastante rápida una habitación o zona concreta, pero no la totalidad de la vivienda.
Calderas/radiadores: Distribuyen el calor desde una caldera central hasta todas las habitaciones de la casa a través de tuberías de agua caliente, pudiéndose regulándose su intensidad con un simple termostato.
Ventajas: Llevan calor hasta el último rincón del hogar de forma homogénea.
Desventajas: La instalación de los tubos en el interior de las paredes puede resultar muy costosa.
Acumuladores de calor: Mantienen la casa a una temperatura idónea las 24 horas del día. Durante la noche, acumulan el calor necesario para el día siguiente. Existen de diferentes tamaños para adaptarse a las necesidades de cada tipo de habitación.
Ventajas: Ofrecen calefacción en toda la vivienda sin necesidad de obra y con un bajo consumo eléctrico.
Desventajas: Son un poco más caros que los aparatos eléctricos convencionales y hay grandes diferencias entre algunos modelos y fabricantes.
Suelo radiante: Utiliza tubos de agua caliente o bien hilos de fibra de carbono ocultos bajo el pavimento conectados a una caldera o a la propia red eléctrica. Es apto para todo tipo de suelos, excepto tarimas macizas y materiales poco conductores.
Ventajas: Caldea la totalidad de la vivienda sin dejar elementos a la vista y supone un notable ahorro respecto a la calefacción convencional.
Desventajas: Requiere una obra considerable, ya que para su instalación es necesario renovar el suelo por completo.
Chimeneas: Proporcionan calor y confort a la estancia en la que se encuentran. Las hay de leña, gas o bioetanol. Estas últimas pueden ubicarse en la pared, en el suelo o incluso en una mesa.
Ventajas: Ofrecen un gran valor decorativo y su gasto energético es muy reducido.
Desventajas: Su rendimiento térmico es uno de los más bajos de entre todos los sistemas de calefacción. Las chimeneas de leñas y gas requieren además la instalación de un conducto de salida de humos.