Es obvio que nuestra forma de viajar está cambiando. Hasta hace no mucho tiempo, dejábamos todo en manos de las agencias de viajes, a las que nos limitábamos a decir cuándo y dónde queríamos viajar, y ellas se encargaban del resto. No obstante, como en tantas otras cosas de nuestra vida, la llegada hace años de Internet cambió esto casi por completo. Porque es verdad que las agencias se siguen usando, pero en mucho menor medida que antes. Ahora tenemos medios de sobra para buscarlos vuelos que más nos convienen, los sitios que queremos visitar y, por supuesto, dónde nos queremos alojar. Y este último aspecto, el del alojamiento vacacional, es probablemente el que más ha cambiado en todo es tiempo. Si antes no había otra opción que no fuera quedarse en los hoteles de siempre, ahora la oferta de alojamiento es infinitamente más amplia y variada.
En la actualidad, la aparición de plataformas como Airbnb nos permite alojarnos en viviendas particulares, disfrutando así de una sensación mucho más cálida y confortable que la que ofrecen los hoteles. Pero la cosa no queda ahí. Desde hace un tiempo ya es posible también intercambiar nuestra casa para irnos de vacaciones de forma mucho más económica. Se trata de una fórmula cada vez más popular para ahorrar en el presupuesto de nuestro viaje, eliminando casi por completo el coste del alojamiento.
Para realizar este intercambio, es necesario darse de alta en algunas de las webs que ofrecen este servicio (HomeExchange, HomeForHome, etc.), pagando por ello, de media, algo más de 100 euros al año o bien por cada intercambio que realices. Después, es hora de publicar toda la información posible de tu casa, así como de indicar a qué lugares te gustaría ir y en qué fechas aproximadamente. Con un poco de suerte, no tardarás en encontrar varias personas de estos sitios interesadas en intercambiar su casa contigo.
Es cierto que esta fórmula puede generar cierta desconfianza a muchas personas, pero cabe recordar que estas webs cuentan normalmente con un seguro que cubre cualquier robo o desperfecto que pueda producirse, además de que te ofrecen toda la información acerca de quién se va alojar tu casa, incluidas opiniones de otros usuarios que se han intercambiado con estas mismas personas. En cualquier caso, la tendencia general es la de cuidar al máximo la casa en la que te hospedas, probablemente debido también al hecho de que los usuarios de estos sitios suelen ser de nivel cultural medio-alto.
Se trata sin duda, de una forma diferente de viajar que te permite sumergirte por completo en el ambiente del sitio que quieres visitar y relacionarte más con su gente, entorno, costumbres, etc. Además, dicho sea de paso, también puedes descubrir otros estilos de decoración muy diferentes a los tuyos e incluso, quién sabe, recopilar nuevas ideas para decorar tu hogar.
Esta fórmula supone, como decíamos, un importante ahorro de dinero, concretamente del que supondría cualquier otro tipo de alojamiento, así como de todas las comidas que disfrutes en el hogar en el que te hospedes. Eso sí, lo normal es comprar por tu cuenta los alimentos que vayas a consumir.
También es una buena forma de hacer nuevos amigos de cualquier parte del mundo (también tus hijos/as, si tienes), conocer nuevas culturas… En definitiva, intercambiar tu casa para irte de vacaciones puede convertirse en toda una experiencia, casi siempre muy positiva.