¡Qué buen color tienes! Probablemente has oído esta expresión varias veces. Por lo general se suele utilizar en referencia a la cara o aspecto de una persona, pero también es aplicable al ámbito de la decoración. De hecho, los colores de nuestras paredes, muebles y accesorios del hogar cobran cada vez más importancia tanto en la imagen que transmitimos a los demás como en nuestra propia comodidad y armonía. Asimismo, una correcta combinación de los colores puede ser una poderosa arma de decoración y todo un desafío en ciertas situaciones.
Combinados de mil y una formas, lisos o rugosos, con rayas o cuadros, los colores tienen muchas connotaciones sobre nuestro estilo y personalidad, y en muchas ocasiones su distribución suele corresponderse con nuestro estado de ánimo. Según el Feng-Shui cada color va unido a un tipo de energía, por lo que es muy importante escoger el adecuado para cada ambiente y persona.
Los colores del hogar son, en definitiva, una prolongación de nosotros mismos, y para su adecuada elección conviene que tengas en cuenta una serie de premisas:
- El blanco es el símbolo de la pureza. Las habitaciones blancas son frías y tranquilas. Además confieren viveza y frescura e incluso modernidad si hablamos de un blanco brillante.
- Estrechamente relacionado con el blanco, el gris crea una atmósfera relajante y contemplativa, pero también es posible conseguir una gran viveza y variedad con grises apagados.
- El negro, tan presente en el minimalismo actual, es muy elegante, pero puede encoger visualmente una habitación o incluso provocar una cierta sensación de siniestralidad.
- Los tonos cálidos tienen una belleza intrínseca que los hace ser atemporales, y al mismo nos ayudarán a crear, por ejemplo, un dormitorio ordenado y acogedor.
- El verde y el azul llevan al hogar la sensación de la tranquilidad propia de la naturaleza, y en su justa tonalidad ayudan a levantar el ánimo.
- El naranja suele relacionarse con la comida, por lo que es recomendable para la cocina.
- El rosa va unido al relax, así que podría ser una buena elección para el cuarto de estar.
Los matices son infinitos, pues cada persona es un mundo, pero lo más importante es que te sientas a gusto en cada rincón de tu casa. Cuando lo consigas sabrás con certeza que tu elección ha sido la apropiada.