Poco a poco vamos tomando conciencia de la importancia que adquiere el ahorro de energía en nuestra propia casa, tanto a nivel medioambiental como, sobre todo, económico. Y es que unos pequeños cambios pueden ayudarnos a ahorrar una cuantiosa cantidad a final de año en la cada vez más temida factura de la luz.
Si hace un tiempo hablábamos sobre la obligación para cada casa en alquiler o venta de adquirir el nuevo Certificado de Eficiencia Energética, esta semana queremos darte algunos consejos para ahorrar energía en tu propia casa, independientemente de que estés interesado o no en obtener dicho certificado.
Hay muchas acciones o pequeños cambios que puedes realizar para reducir el consumo de luz de la vivienda, y al contrario de lo que se tiende a pensar, la mayoría de ellos son muy baratos o incluso completamente gratuitos:
Instala bombillas LED: Obviamente el precio de una bombilla LED es superior al de una bombilla incandescente o halógena, pero a cambio consume un 80% menos de luz y dura 20 veces más, por lo que sin duda vale la pena. Multiplica este ahorro por todas las bombillas que tienes en casa y echa cuentas…
Apaga por completo los aparatos que no estés usando: Aunque parezca increíble, la costumbre que tenemos de dejar los aparatos con el piloto de ‘stand by’ encendido encarece hasta un 7% del consumo de energía en el hogar, así que que desconecta completamente el televisor, el aparato de música y dispositivos similares cuando no vayas a usarlos. Un ladrón o regleta será de gran ayuda para ello.
Ahorra también en la cocina: El gas natural y la inducción son los dos sistemas de cocción más económicos. Del mismo modo, cocinar con una olla a presión puede ayudarte a ahorrar hasta un 30% de energía respecto a las ollas normales. Si tu cocina es de fuego, baja la llama cuando el agua o caldo comience a hervir, e intenta descongelar la noche anterior lo que tengas pensado comer al día siguiente, evitando así el uso a contrarreloj del microondas para grandes cantidades de comida.
Limpia con frecuencia los radiadores y aparatos de climatización: La suciedad acumulada, sobre todo en los filtros, aumenta considerablemente el consumo de luz. Procura también que no haya ningún mueble u otro elemento que los bloquee, ya que esto también podría reducir su rendimiento.
Cierra las puertas de habitaciones en desuso: Cerrar el trastero, los armarios y el dormitorio de invitados ayudará a que el resto de estancias de la casa alcancen más fácilmente la temperatura deseada, evitando de este modo un derroche innecesario de energía.
Presta atención a la nevera: El frigorífico es generalmente el electrodoméstico que más energía consume de la casa. Límpialo por dentro y por fuera con cierta frecuencia, especialmente por su parte trasera. Evita también cargarlos demasiado para que pueda circular el aire con facilidad entre los alimentos, tapa los líquidos para evitar el efecto condensación y descongela el congelador cuando la capa de hielo supere los 3 milímetros de grosor, ya que el exceso juega en contra de su eficiencia.
Cuida el consumo del ordenador: Por último, no podemos olvidarnos del ordenador, cada vez más presente en nuestro día a día. La pantalla supone aproximadamente el 70 % de la electricidad que consume el aparato, así que apágala o deja el dispositivo en suspensión cuando sepas que vas a estar un rato sin utilizarlo. Asimismo, no dejes ningún CD, DVD o USB puesto cuando no lo necesites, pues esto también consume energía.
Como ves, con unos pequeños gestos que implican un gasto mínimo o, en algunos casos, inexistente, puedes ahorrar mucho dinero al año en la factura de la luz.