Es innegable que las series y el cine siempre han sido, son y serán fuente de inspiración en muchos aspectos, y por supuesto también en el mundo de la decoración. La actual oferta de ficción televisiva es amplísima, sobre todo debido a la consagración de plataformas de vídeo bajo demanda por streaming, como HBO o Netflix, por citar tan solo dos de las más conocidas. Y hoy queremos detenernos en una serie de rabiosa actualidad: El cuento de la criada.
Se trata de una trama ambientada en un futuro cercano y situada en Gilead, una nación ficticia creada sobre lo que antiguamente era Estados Unidos y gobernada por una estricta dictadura militar-religiosa. En esta sociedad los derechos humanos están muy limitados, especialmente los de las mujeres, y todavía más si cabe los de las denominadas “criadas”, mantenidas con vida por la clase dominante con fines puramente reproductivos, puesto que se vive una era con gran escasez de nacimientos debida a un gran y generalizado problema de fertilidad femenina. Este argumento hace que, ya de partida, la serie no deje indiferente a nadie y provoque opiniones muy encontradas entre los espectadores.
No tanto es así en lo que más interesa a nosotros: su peculiar decoración. Los interiores de las casas resultan tan desconcertantes como bonitos, por momentos sublimes. Por ejemplo, la vivienda en la que transcurre la primera temporada, en la que viven el comandante Fred Waterford y su esposa, Serena Joy, presenta una maravillosa mezcla de géneros, seguramente debido al periodo inespecífico en el que se sucede la trama. Se presentan espacios muy bellos, aunque —probablemente de forma voluntaria— algo estériles como conjuntos.
La casa está pintada en una preciosa paleta de color verde azulado que imita el uniforme que visten las esposas de élite. Las estancias se componen de hermosos muebles de estilo clásico, combinados en la mayoría de los casos con elegantes candelabros antiguos. Y todo ello acompañado de una luz antinatural fluorescente presente en todos los espacios que agrega a cada escena un surrealista aspecto contemporáneo.
El estudio del comandante Waterford presenta el estilo de un elegante club de caballeros. Las elegantes paredes de color verde azulado, los enormes muebles librería y las luces de las numerosas lámparas de mesa que se reparten por toda la estancia dan al ambiente un toque entre acogedor y tenso.
El invernadero de esta especie de moderna casa victoriana es también muy llamativo. No conviene perder de vista sus enormes ventanas de estilo industrial, ni sus muebles artesanos de color carbón, rodeados de un bonito follaje que confiere a esta zona un atractivo aire salvaje.
Una visita a la casa de otra familia durante un momento dado revela más interiores fascinantes, con una paleta de colores cremosos y mobiliario francés bellamente adornado.
Por último, cabe destacar la casa del conductor del comandante, Nick, situada sobre el garaje. Ya en su exterior se aprecian detalles góticos en negro carbón que empiezan a despertar la curiosidad. No obstante, su interior presenta un estilo utilitario marcadamente norteamericano de tendencia industrial, con lámparas negras, luces industriales en negro mate y telas a cuadros que transmiten cierta calidez.
En definitiva, El cuento de la criada es una serie con admiradores y detractores a partes iguales, pero en cualquier caso con una decoración muy interesante. Y a vosotros/as, ¿qué os parece?