En el mundo del interiorismo siempre ha existido cierto debate en torno a si es más conveniente optar por una mesa de comedor cuadrada o redonda. Bueno, cuando decimos cuadrada queremos referirnos a una de líneas rectas en general, ya que, obviamente, esta también puede ser rectangular.
Sea como fuere, la cuestión tiene su fundamento, ya que -vaya por adelantado- no hay una opción mejor que otra, sino que cada una tiene sus ventajas e inconvenientes, aunque eso sí, también es verdad para determinados espacios puede ser más conveniente una u otra. Por ejemplo, si el espacio disponible es pequeño o tiene forma triangular, seguramente sea más recomendable optar por una mesa redonda, que facilitará el paso a su alrededor, y evitará algún que otro golpe, al carecer de esquinas. Del mismo modo, si dispones de un espacio grande o relativamente amplio, probablemente sea preferible escoger una mesa cuadrada o rectangular, incluso extensible, si te gusta organizar comidas o cenas en casa. Además, las mesas cuadradas contribuyen a crear una mayor sensación de armonía y equilibrio en el comedor, pueden ser colocadas en un momento dado junto a la pared para optimizar el espacio, y permiten añadirle una mesa auxiliar para sumar espacio en caso de que tengas muchos invitados en una ocasión especial.
Por su parte, las mesas redondas fomentan un ambiente más íntimo y acogedor entre los comensales, pero también más social, ya que permiten una conversación más cómoda entre todos, al igualar la distancia entre unos y otros. Asimismo, no solo carecen de esquinas (algo que sin duda es de agradecer, sobre todo si hay niños en casa), sino que también prescinden de patas (en la mayoría de los casos se apoyan sobre un pedestal central), que resultan muy molestas tanto a hora de sentarse como de limpiar el suelo o, simplemente, de caminar por los alrededores de la mesa.
En contra de las mesas redondas están la dificultad que entraña colocarlas junto a una pared u otras mesas auxiliares, así como su incompatibilidad con comedores grandes o de forma rectangular, donde rara vez quedarán bien, al menos a nivel estético.
En definitiva, una mesa redonda no es mejor que una cuadrada, ni viceversa, pero sí puede que una sea más conveniente que otra según las circunstancias de cada caso. Analiza bien el tuyo y toma la decisión de compra en base a ello.