Admitámoslo: a la hora de comprar casi cualquier cosa, siempre estamos a la caza de la fórmula de las tres ‘B’ (bueno, bonito y barato). Pero también es cierto que la mayoría de expertos/as en mercadotecnia defienden que la fórmula de las tres ‘B’ no existe de base, que estas tres cualidades no pueden coincidir en el mismo producto o servicio. Es decir, si algo es bueno y bonito, no puede ser barato; si es bonito y barato, no puede ser bueno; y si es bueno y barato, no puede ser bonito. Y por nuestra propia experiencia, sabemos que la afirmación tiene su fundamento.
No obstante, en nuestra tienda tratamos de ofrecer unos productos que se acerquen lo máximo posible a la ansiada fórmula. Consideramos que nuestros muebles son buenos, o al menos de una calidad media: los ofrecemos a un precio más que competitivo, ya que trabajamos con unos márgenes ajustadísimos. Y, por supuesto, pensamos que son bonitos (aunque está claro que está apreciación siempre será algo subjetiva, ya que cada persona tiene sus gustos). De hecho, nos hemos permitido la licencia de crear un apartado de muebles bonitos, en el que hemos recopilado aquellos que consideramos estéticamente más bellos, atractivos y bien proporcionados. Y lo mismo hemos hecho con algunos escritorios bonitos, así como con algunas consolas para recibidor y zapateros.
Insistimos en que no es fácil dirimir lo que es y no es bonito, pero hemos tratado de hacerlo con la intención de ofrecer un catálogo de productos idóneos para las personas que busquen especialmente esta cualidad, y que en el caso de nuestra tienda siempre irá acompañada, en mayor o menor medida, de calidad y de un precio competitivo. Por lo tanto y en definitiva, ante la pregunta del título de este post (“¿existen los muebles buenos, bonitos y baratos?”) nuestra respuesta es que probablemente no, pero casi. Como puedes comprobar, contamos con un catálogo de productos que se acerca lo máximo posible a ello.