El DIY (Do it your yourself o, lo que es lo mismo, hazlo tú mismo/a) es mucho más que un anglicismo de moda. Podría decirse que el DIY se ha convertido, casi sin darnos cuenta, en una actitud, en una forma de entender la vida que abarca muchos más campos de los que podríamos pensar en un principio. Es un hecho que cada vez nos gusta hacer más cosas por nosotros mismos. Si antes recurríamos a las agencias de viajes para llevar a cabo una pequeña excursión, ahora preferimos organizar nuestras propias vacaciones a nuestro gusto y semejanza en base a lo que leemos e investigamos en internet; si hasta hace nada contratábamos a alguien para realizar cualquier apaño en casa, ahora preferimos hacerlo nosotros para darle nuestro particular toque personal.
Y esto, como no podía ser de otra forma, se ha extendido al sector decorativo. La decoración DIY es, sin duda, la tendencia con mayúsculas. Quizá empujados por la famosa crisis y la necesidad de optimizar los recursos disponibles o quizá porque poco a poco le hemos código el gusto a poner a prueba nuestra creatividad, la cultura del DIY ha llegado a nuestras vidas para quedarse.
Internet en general y, en concreto, los blogs y foros de decoración, asumen un papel muy importante a la hora de compartir ideas acerca de cómo reciclar piezas, materiales y accesorios para decorar la casa, personalizar muebles, pintar las paredes, conseguir evocadores efectos decapados, etc.
El DIY nos invita, por ejemplo, a convertir unas simples tablas de madera en rústicas baldas sueltas o estanterías de estilo vintage, a restaurar con buen gusto muebles antiguos que teníamos abandonados en el garaje o trastero, a utilizar recortes de periódicos, revistas y fotografías para personalizar a nuestro gusto muebles y artículos decorativos mediante la técnica del scrapbooking, a reutilizar palets industriales a modo de originales mesas de centro, separadores de ambiente o botelleros, a crear todo tipo de objetos cotidianos en maceteros, percheros de pie o de pared, jarrones, figuras decorativas…
La decoración DIY nos ofrece un interminable abanico de posibilidades cuyo límite, en caso de haberlo, lo pone única y exclusivamente tu imaginación. Si dispones de tiempo libre y eres de los que se lo pasa bomba haciendo este tipo de manualidades, te animamos a probar, a experimentar y, en definitiva, a jugar con todo tipo de piezas y materiales para hacer de cada rincón de tu casa un espacio con tu sello más personal.