A pesar de que suele tratarse por lo general de un espacio pequeño, el cuarto de baño puede dar muchísimo juego a nivel decorativo. Lejos quedan ya esos tiempos en los que se concebía el baño como un lugar concebido única y exclusivamente para asearnos, carente de cualquier tipo de estilo o glamour.
En la actualidad los baños han pasado a ser sugerentes estancias a las que podemos y debemos añadir nuestro toque más personal, un punto elegante y acorde a nuestra personalidad que haga de este espacio un espacio diferente y especial. Esto podemos conseguirlo a través de una acertada distribución de todos sus elementos. El objetivo de esta tarea será sacar el máximo partido a los escasos metros con los que solemos contar para llevar a cabo algunas de nuestras actividades más cotidianas en el hogar. Para ello, es recomendable realizar un plano a escala del cuarto, prestando especial atención a la ubicación de la puerta, la ventana (en caso de haberla), y sobre todo a la situación de las tomas de agua y de luz.
Existen numerosos recursos para decorar un cuarto de baño pequeño con ingenio y elegancia. Uno de ellos es, por ejemplo, colocar la ducha en un espacio independiente para restar cargar visual a la estancia, creando así dos zonas claramente diferenciadas; otra solución es incrustar el lavabo en la encimera, con lo que evitaremos las juntas en relieve y obtendremos un acabado muy limpio y agradable.
Del mismo modo, instalar un lavabo suspendido en la pared, prescindiendo de la encimera, puede ser una opción muy interesante para ahorrar espacio y dotar a la estancia de un atractivo estilo minimalista, como también crear pequeños estantes abiertos o cerrados de almacenaje empotrados en la pared para colocar los cepillos de dientes, la jabonera y el resto de utensilios típicos del baño.
A partir de ahí, y dependiendo del presupuesto con el que contemos, será más fácil decidir si es mejor instalar una ducha o una bañera (lo ideal, si el espacio nos lo permite, es contar con ambas cosas), así como elegir entre los infinitos modelos que nos ofrece el mercado de inodoros, bidés, lavabos y encimeras. Recuerda que estos elementos deben compenetrarse a la perfección, coordinando en todo momento sus colores y materiales para lograr un perfecto resultado visual.
Una vez elegidos los elementos principales del cuarto de aseo, lo siguiente es rodearlos de pequeños detalles y complementos que acaben de conformar un espacio repleto de estilo, personalidad y belleza. Aquí entran en juego los toalleros, portarrollos, espejos y, por supuesto, la iluminación, de gran importancia a la hora de incrementar la sensación de confort en la estancia.
Por último, no hay que olvidar los revestimientos de los muebles y de las propias paredes del baño, que marcarán en buena medida la personalidad cromática de la habitación. En este sentido, te recomendamos apostar por tonos suaves en azul, marrón, crema o beige, además de las múltiples combinaciones que te ofrece el blanco y el negro.